1.-
LO MÁS IMPORTANTE: nunca pierdas tu CAPACIDAD DE ASOMBRO. El día que
dejen de brillarte los ojos ante el maravilloso espectáculo de la vida
entonces estarás verdaderamente "muerto".
2.-
En tu vida diaria permanece siempre ATENTO a los múltiples cambios que
suceden continuamente a tu alrededor. NUNCA MIRES NI HAGAS LAS COSAS
HABITUALES RUTINARIAMENTE.
3.-
Aprende y recuerda siempre que ESTE MOMENTO es el más importante de tu
vida. Y es que, en realidad, no tienes otro. Sólo tienes posibilidad de
vivir en TIEMPO PRESENTE. Tú existes AQUI Y AHORA. Si lo comprendes, es
así, si no lo comprendes, es así.
4.-
Acostúmbrate, incesantemente, a verte a ti mismo en escena, en todas
las cosas que hagas. No pierdas la conciencia, la sensación clara, de
que ESTAS AQUI, vivo, existiendo. Siéntelo ahora. Trata de sentirlo
siempre. Y si te olvidas, vuelve a recordarlo.
5.-
Trata de parar, en algún momento del día, tus actividades durante un
momento. Siéntate algunos minutos, relájate y conviértete en un
espectador de tu mente. Contempla tus pensamientos como si fuesen una
película. No te dejes atrapar por ellos. Sólo obsérvalos serenamente,
relajadamente y déjalos pasar. Este sencillo ejercicio debe resultarte
agradable. Si no es así es que no lo estás haciendo adecuadamente.
Entonces déjalo y practica sólo el siguiente.
6.- Dedica
algunos minutos, por la mañana y por la noche, a RESPIRAR
CONSCIENTEMENTE. Simplemente relájate, haz dos o tres respiraciones
profundas y luego deja que tu cuerpo respire por sí solo. Tú únicamente
OBSERVA como lo hace. Esto te resultará muy gratificante.
7.-
Prueba esta sencilla táctica: antes de dormirte observa detenidamente
tu cuarto, como si lo vieras por primera vez. Date cuenta que tu cuerpo
va a descansar, que te estás acostando. Repítete a ti mismo: "voy a
descansar en mi cama. Si a partir de ahora me encuentro en otro lugar o
con otras personas es que estoy soñando. Me daré cuenta y me moveré a
voluntad". Si lo practicas con la debida constancia acabará dando un
positivo resultado. Sólo ten la paciencia suficiente para que el mensaje
se grabe en tu subconsciente.
8.-
También puedes dormirte imaginando (jugando) que viajas a cualquier
lugar que te guste. No te pongas límites, puedes ir volando si quieres y
contemplar el lugar desde todos los ángulos que quieras. Cuando tu
cuerpo, por fin, se quede dormido, el lugar al que te has transladado
como si de un juego se tratase te rodeará por completo y podrás
explorarlo en tu sueño.
9.-
Puedes, si quieres, simplemente observar como te vas durmiendo. Ocurren
muchos interesantes fenómenos en este proceso. Te conviertes en un
investigador del sueño. Si sueles practicar el punto 5 te será más
sencillo. Pero ahi personas que no son capaces de relajarse, de observar
sin tensiones y no consiguen que su cuerpo se duerma mientras tratan de
observar su sueño. Tal vez puedas corregir ese error.
10.-
Hay una clave muy bonita pero también personas a las que les da miedo
(miedos hay para todos los gustos) o les pasa lo del punto anterior.
Consiste en observar como el cuerpo se duerme para llegar a captar un
instante "mágico". Se trata del momento en que el cuerpo ni está dormido
del todo ni despierto. Cuando las imágenes de los sueños empiezan a
tomar consistencia y color. Cuando los sonidos del mismo empiezan a
tornarse nítidos. En ese brevísimo instante, con decisión sintiendo que
uno es algo sutil, ligero... se levanta. Tal como suena: levantarse. Si
el instante es el adecuado observareis que os habeis separado de vuestro
cuerpo. Si mirais a la cama lo vereis durmiendo (como podeis imaginaros
la primera vez la impresión es tal que os despertareis inmediatamente).
Pero también podeis flotar en el aire o atravesar una pared (cuidado
impetuosos, a veces se ha levantado uno con su cuerpo físico, así que si
quereis atravesar tabiques probad antes con una mano). Si no ha salido
bien se vuelve uno a la cama y repite. Pero esto no es para los que se
cansan enseguida, para los perezosos o los que les da miedo casi todo.
Mariana Vernieri
Los
sueños pueden ser vistos como una sucesión de imágenes inconexas,
aparentemente sin sentido, reflejo de una actividad mental que no cesa
completamente mientras el cuerpo descansa. Pero en realidad, son mucho
más que eso. Los sueños son, en primer lugar, la conexión más directa
que tenemos con nuestro inconsciente. Nuestra mente conciente es como la
pequeña punta de un iceberg que aflora a la superficie. Luego tenemos
el preconciente, y por debajo, una enorme masa oculta, que ocupa
aproximadamente el 80% de nuestra psique, y ésta es precisamente nuestra
mente inconsciente.
En
ella almacenamos toda la información que percibimos desde que nacemos.
De hecho, si no podemos recordarlo todo concientemente no es por una
falla de "almacenamiento" sino por una falla en la recuperación de la
información. Si luego de subir una escalera nos preguntan cuantos
escalones hemos subido, no lo sabremos. Pero bajo hipnosis podremos
recordarlo con precisión.
Toda
esta información queda registrada en el inconsciente y condiciona
nuestra conducta, nuestros sentimientos, nuestros instintos y nuestras
emociones.
Mientras
que la mente conciente es intermitente y se apaga cada noche cuando nos
vamos a dormir, el inconsciente permanece despierto las 24 horas, sin
descansar. Y es durante las horas del sueño, cuando la conciencia calla,
cuando mejor podemos escucharlo.
En
los sueños, entonces, nos habla mediante un lenguaje universal, de
símbolos, imágenes y simplificaciones, nuestro yo más profundo. Si
sabemos escucharlo -e interpretarlo- tendremos un íntimo contacto con
nuestro más preciado amigo: nosotros mismos.
Así,
hay gente que se propone usar los sueños a su favor, mediante técnicas
sencillas de interpretación. Por ejemplo, antes de ir a dormir se
concentran y piensan: "El sueño de esta noche me dará la respuesta a x
interrogante de mi vida ". Al despertar, recordando la pregunta que uno
le hizo a su inconsciente, y mirando al sueño que hemos tenido con esa
lupa, encontraremos una respuesta que viene directamente de las
profundidades de nuestra mente.
Pero
si bien los sueños REM comunes son importantes, y nos ayudan a
conocernos mejor, ya sea que formulemos o no preguntas antes de
tenerlos, el mundo onírico nos abre la puerta a un universo aún mucho
más apasionante: Los sueños lúcidos (o sueños concientes).
¿Nunca
les ha pasado que mientras soñaban se daban cuenta de que estaban
soñando, y permanecían en el sueño, aunque con la conciencia típica del
estado de vigilia?
La
mayoría de las personas han tenido al menos alguna vez este tipo de
experiencia espontáneamente. Se trata de un estado de conciencia
distinto (no es ni sueño ni vigilia) con ondas cerebrales de
características totalmente distintas a las del sueño REM no conciente.
A
partir del momento en que tomamos conciencia de estar dentro de un
sueño, tomamos también el control de nuestro sueño y se abre un abanico
infinito de cosas que podemos hacer. Nuestro inconsciente se despliega
ante nuestros ojos y allí estamos nosotros, con todas nuestras luces,
para navegar concientemente dentro de él.
Personalmente,
desde chica he tenido sueños lúcidos espontáneos, y en mi adolescencia
fui aprendiendo las técnicas para provocarlos y dominarlos. Desde
entonces he hecho todo tipo de experimentación con ellos, y se han
convertido en una parte importante de mi vida.
¿Para qué tener sueños lúcidos?
Quién
lo ha experimentado espontáneamente sabe de la inmensa sensación de
poder que nos invade cuando dentro del sueño, sabemos que estamos
soñando. Somos dueños y señores en ese mundo. Las reglas las ponemos
nosotros. Nuestros deseos se hacen realidad.
Pero
la primera y principal causa que hace de la lucidez una herramienta
fundamental para manejarnos por los sueños son las temibles pesadillas, y
sueños desagradables.
A
veces, mientras dormimos, el inconsciente nos juega una mala pasada, y
nuestro sueño nos tortura con los peores sufrimientos. Inadvertidos de
que es una ficción, nos preocupamos y atormentamos como si fuera la vida
real, y el alivio recién llega al despertar.
Caemos
desde alturas inconmensurables, somos perseguidos por personajes
siniestros, muere la gente que amamos, somos traicionados, burlados,
encerrados...
Son
"sólo sueños" pero sin embargo nos conmueven desde lo más profundo.
Quizás despertamos sobresaltados, el corazón nos late fuerte, y hasta
tenemos ganas de llorar. En fin, son una verdadera pesadilla.
¿Como librarnos de ellas? ¡¡Con la ayuda de la lucidez!!
Si
en una pesadilla nos damos cuenta de que estamos soñando (y como ya
verán esto es fácil con un poco de práctica) primero nos tranquilizamos:
sabemos que lo malo que ha sucedido o está sucediendo no es real. Luego
que nos reafianzamos en la lucidez, estamos en condiciones de tomar
control del sueño. Así, podemos despertarnos si lo deseamos o, mejor
aún, ejercer nuestro poder para transformar el sueño en lo que más
deseemos. Los monstruos y las desgracias dejadas atrás, podemos
sumergirnos en un sueño maravilloso y... ¡Pesadilla terminada!
Más allá de esta función "de rescate" los sueños lúcidos sirven también para:
Sentir bienestar y felicidad:
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Simplemente al tomar conciencia nos dedicamos a hacer lo que nos
gusta: volar por los aires, flotar en el agua sin necesidad de respirar,
pasear por los lugares más hermosos, comer los mejores manjares,
encontrarnos con la gente que queramos, concretar las aventuras
románticas más esperadas... En nuestros sueños lúcidos somos como
"magos". Cuando aprendemos a ejercer el poder podemos lograr lo que sea
que deseemos. ¡Los límites sólo los pone la imaginación!
Inspiración, arte y creatividad:
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Para
cualquier tipo de arte los sueños lúcidos pueden ser una excelente
fuente de inspiración. Con la práctica necesaria para recordar lo que se
crea dentro del sueño, y la suficiente concentración como para
programarse antes de dormir a crear ni bien se adquiera el estado de
lucidez, encontramos una puerta abierta a nuestro centro creador, mucho
más directa que la que tenemos en estado de vigilia. Muchos pintores,
poetas y músicos utilizan esta técnica. Y a su vez, la mayoría de las
personas que buscan y consiguen tener sueños lúcidos con regularidad
tienen una faceta artística. Son dos cosas muy relacionadas.
Sólo se trata de decirse a uno mismo en el estado de sueño lúcido:
"Quiero
que aparezca una tela en blanco y pinturas" y comenzar a pintar. O se
hace aparecer el instrumento que uno toca y se compone una canción. O un
lápiz y papel y escribimos un cuento, poesía, composición, o un
capítulo de nuestra novela.
La
creatividad surge increíblemente sin trabas, y a toda velocidad. Porque
estamos allí, al lado de nuestro inconsciente, sin intermediarios.
La
otra técnica es encontrar las cosas ya creadas. Por ejemplo "Quiero ver
un cuadro hermoso" o escuchar una melodía, o "ver en la tele" una buena
historia. Esas también son creaciones nuestras, aunque en el momento
nos lleguen como ajenas. Sobre estas, tenemos aún menos control
conciente por lo que suelen salir cosas loquísimas, surrealistas,
extrañas, y a veces de gran valor artístico.
Experimentar con lo paranormal:
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Al
ser un sueño lúcido un estado de conciencia alterado, está íntimamente
relacionado con las distintas experiencias paranormales de las que se
suele hablar. Hay quienes dicen que en estos sueños pueden ver el
futuro, otros que recuerdan sus vidas pasadas, y otros que hablan con
"entidades espirituales" superiores, o maestros, o que se comunican con
los muertos.
Yo
no digo que todo esto exista. Al contrario, mi experiencia no termina
de ser contundente al respecto. Pero me parece muy interesante utilizar
el sueño lúcido como experimentación para que cada uno saque sus propias
conclusiones.
Yo he probado con bastante poco éxito - confieso - aunque no nulo:
-Comunicarme durante el sueño con alguna persona cercana, decirle algo, y luego al despertar inquirirle sobre lo que le dije.
-Buscar
información que me era imposible conocer, como ir a un determinado
museo que nunca visité y leer algún cartel, para después chequearlo.
-Compartir el sueño con otra persona (que sueñe lo mismo al mismo tiempo).
-Ir al futuro.
-Ir
a mis vidas pasadas. (En estas experiencias siempre perdí la lucidez
volviendo a un sueño onírico común y corriente. Se ve que me faltó
concentración, o que no es un buen método)
... y otras cosas por el estilo.
En
el momento, me propongo adentrarme en la teoría del "viaje astral" y
"experiencias extracorpóreas" para dentro de un tiempito experimentar
con ellas. Dicen que están muy relacionadas con los sueños lúcidos, que
los diferencia sólo una variación de "vibración".
Como habrán visto en mi sección sobre "mente y alma",
es un tema que me apasiona y que trato de abarcar desde lo racional y
científico. Pero si lograra vivenciar algo así, me convencería más que
mil argumentos juntos. Por eso creo que vale la pena intentarlo.
Sueños de "escuela nocturna":
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Otra
apasionante posibilidad que nos brindan nuestros sueños lúcidos es la
de educar los aspectos de nuestra personalidad que deseemos mejorar,
aprovechando la cercanía al inconsciente, que nos facilita trabajarlo
mucho más directamente. Es un método altamente recomendado para la
superación de fobias.
Aquel
que le tiene miedo a las alturas -por ejemplo- puede entrenarse
escalando montañas... en los sueños. Llegará un momento en que al
despertar ya se sienta lo suficientemente seguro y confiado como para
intentarlo el la vigilia. El tímido puede intentar en su sueño asistir a
grandes reuniones y hacer chistes, o dar una charla en público. El
eterno enamorado ensayar diversas formas de declararse. El que necesite
practicar el autocontrol, la tolerancia, la empatía, o lo que sea,
puede definir sus propias metas y ejercitarlas en los sueños.
Previamente
es fundamental tener una idea de a donde deseamos llegar. Qué aspectos
queremos mejorar, y entrar en una campaña global para hacerlo. Luego los
sueños nos brindan un escenario ideal para nuestra práctica: nadie nos
juzga, nadie se sorprende, somos completamente libres porque sabemos que
lo que sucede no es real. Y el cambio en nuestra personalidad se va
forjando desde adentro, desde donde el cerebro es más vulnerable a
cambiar. Se nos abre así una puerta que nos permite abarcar aquellos
aspectos negativos que con nuestros simples ejercicios diurnos parecían
imposibles de mejorar.
Tipos de Sueños lúcidos
Hay tres maneras distintas de llegar tener sueños lúcidos. Cada una de ellas de diferentes características:
La
más frecuente consiste en comenzar teniendo un sueño común, darse
cuenta por algún motivo que se está soñando, y a partir de ese momento
entrar en estado de lucidez. Este tipo de experiencia se llama DILD
(Dream Induced Lucid Dreams) justamente porque comienza en un sueño.
Esta es la que la mayoría de la gente, sin entrenamiento alguno, logra
al menos una vez en la vida espontáneamente.
Para lograrlos el primer paso es practicar el ejercicio de recordar los
sueños al despertar. Si nos levantamos apurados por entrar en nuestras
obligaciones diarias, poco éxito podemos tener en lograr sueños lúcidos.
Por eso conviene despertarse de a poco, tratar de no abrir los ojos en
seguida, recordar los sueños lo mejor que podamos, con todos los
detalles posibles. Es muy positivo, si se desea, anotarlos.
A
la noche, antes de dormir, conviene decirse - e incluso anotar - qué es
lo que uno desea hacer cuando adquiera lucidez, e ir a dormir con la
intención de lograrlo.
El siguiente paso es estar siempre atentos a las señales de sueños, generales y sobre todo las nuestras propias (ver la siguiente sección para más detalles)
La
segunda técnica llamada WILD (Wake Induced Lucid Dreams) es apasionante
porque en ella se logran las experiencias más fuertes y espectaculares.
Es más difícil de lograr porque se necesita muchísima tranquilidad. Se
trata de entrar directamente en estado REM desde la vigilia sin
discontinuar la conciencia en ningún momento. Para ello uno se va a
dormir relajándose de a poco y procurando en todo momento seguir
conciente. "Me estoy quedando dormido, estoy entrando en un sueño, lo
voy a dominar..." En el capítulo Así logro yo un WILD (Modelo de meditación) desarrollo con más detalle mi técnica personal para tener este tipo de sueño lúcido.
El
tercer método, que estoy utilizando últimamente, es similar al WILD
pero con la diferencia de que es más sencillo de lograr y no tan intenso
porque al igual que el DILD tiene más elementos oníricos puros. Se
llama MILD (Mnemonic Induced Lucid Dreams) y consiste en interrumpir el
sueño en medio de la mañana, recordarlo con detalle, y luego de un rato
(se recomienda media hora) volver a acostarse y "entrar" nuevamente en
el sueño, pero ahora con conciencia. Cuando uno está medio dormido,
recordar el sueño conduce a volver a él. Es recomendable, en esos
minutos en que nos levantamos, hacer actividades que despierten nuestro
hemisferio izquierdo (el de la mente lógica) mientras el cuerpo
permanece cansado. Para ello, podemos jugar una partidita de ajedrez,
leer con concentración, trabajar un rato, o más sencillo, hacer algunas
cuentas mentalmente. Luego volvemos a la cama y el ejercicio que hay que
hacer es similar al del WILD en el sentido de que hay que procurar
entrar en REM sin perder la conciencia. Pero hace falta mucha menos
relajación, porque veníamos soñando, y estamos muy cansados. El sueño
nos tira, no tenemos que provocarlo. Claro que no será nada divertido
ponerse el despertador y levantarse media hora a las 6-7 de la mañana
sólo para esto. Yo lo hago porque tengo que levantarme para cumplir
ciertas obligaciones. Luego de cumplimentarlas puedo volver a la cama,
así que ahí aprovecho para intentar mis MILDS.
¿Cómo reconocer que estamos en un sueño?
En
el sueño pasan cosas muy raras, que con nuestra lucidez normal deberían
delatarnos que estamos soñando. Pero a pesar de eso, la mayoría de las
veces no nos damos cuenta. Tomamos todo como viene, creyendo que los
acontecimientos más inverosímiles son verdaderos y al despertar nos
preguntamos: "¿Como no me avivé de que era un sueño?¡¡Era tan obvio!!"
Como todo, esto se puede entrenar. Y el primer paso es realizar
"chequeos de realidad" y tener claras las "señales de sueños"
Chequeos de realidad:
Si
ante determinadas situaciones nos acostumbramos a preguntamos si
estamos soñando durante el día -en la vigilia-, con el tiempo nuestro
cerebro se programa también para hacerlo durante la noche -mientras
efectivamente estamos soñando-. Varias veces al día conviene hacerse
esta pregunta, entrenando al cerebro para hacerlo en todo momento.
Pero
hay situaciones en las que especialmente es importante hacerse esta
pregunta, y son los momentos de miedo y angustia. Si cada vez que nos
sucede algo malo, antes de dejarnos tomar por las emociones
negativas, tomamos la costumbre de cerciorarnos de no estar soñando,
nos chocaremos con varias paredes al constatar "no, lamentablemente es
real, no es un sueño" pero evitaremos numerosas pesadillas.
El
simple hecho de acostumbrarse a autoformularse esta pregunta es un
paso elemental si se desea tener sueños lúcidos. La respuesta, cuando
es negativa, suele ser automática: La realidad es contundente y cuando
estamos en ella sabemos darnos cuenta con facilidad de que no es un
sueño. Pero por el contrario, cuando estamos en el sueño no es tan
automático. El hecho de dudar sobre la respuesta, nos da una pauta de
que debe ser un sueño, porque en la realidad casi siempre nos damos
cuenta en seguida de que no lo es. Podemos hacer entonces, para no
tener ninguna duda, alguna de las siguientes pruebas:
Estas
pruebas no sólo nos ayudan a determinar que estamos en estado de
sueño y no de vigilia, sino que también sirven para "convencernos" de
que estamos soñando y aumentar nuestra lucidez.
Especialmente atentos a realizar chequeos de realidad debemos estar cuando reconocemos alguna "señal de sueño".
|
Señales de sueños
Son
acontecimientos u objetos extraños en el mundo real, pero frecuentes
en los sueños. Cuando ya se han tenido sueños lúcidos y se tiene
cierta práctica, es cuestión de tener en claro cuales son, y estar
atentos a reconocerlos la próxima vez que se presenten. Estos son
algunos de los más típicos:
Pero
además de estas clásicas señales de sueños, cada uno puede tener las
suyas propias. Se trata de reconocer aquellas cosas con las que
solemos soñar y proponernos la próxima vez que las vivamos, hacer un
chequeo de realidad. Yo por ejemplo solía soñar con una ola gigante
que inundaba toda la ciudad. Llegado un punto, lo reconocí como señal
de sueño y nunca más logró asustarme. También sueño que estoy dando
exámenes en la facultad cuando ya hace años me recibí. Otras señales
personales de sueños podrían ser, por ejemplo:
Estos
últimos son muy personales, por eso no tiene mucho sentido seguirlos
mencionando. Lo que sugiero es llevar un diario de sueños (yo lo hice
durante todo un año) y luego analizarlo en búsqueda de tus señales
personales de sueños. Aquellos signos recurrentes que debieras
programarte a reconocer como oníricos para que te lleven a la lucidez.
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Como aumentar y mantener la lucidez
Cuando
ya estamos adentro del sueño, y comenzamos a tomar conciencia, corremos
el riesgo de despertarnos, o de que todo se desdibuje y vuelva a
convertirse en un sueño común.
Un
buen truco para que esto no suceda es comenzar a girar nuestro cuerpo
onírico sobre sí mismo (como la mujer maravilla) concentrándonos en
aumentar la lucidez.
Mientras
giramos nos repetimos: "Estoy en un sueño, yo sé que este es mi sueño,
quiero manejarlo, quiero aumentar y fortalecer mi lucidez"
Cada vez que sentimos que el sueño nos está envolviendo podemos hacerlo nuevamente, para no perder el estado de lucidez.
También
esta técnica de girar es buena cuando deseamos cambiar de escenario.
Nos decimos "Cuando termine de girar voy a estar en un jardín hermoso
con toda mi familia" o "Voy a despegar en un vuelo hacia la luna"
Repetir
regularmente una frase como "aumentar lucidez" imaginándola como un
comando mientras nos manejamos por nuestro sueño lúcido puede ser otra
técnica efectiva.
También
se pueden usar los sentidos para aferrarnos al sueño. Mirando fijamente
algún objeto, saboreando o tocando algo. Me ha dado buen resultado la
técnica que me enseñó mi amigo “truthbearer” consistente en frotarse las
manos, como enjabonándolas.
Por
otro lado, cuando en un sueño lúcido estamos poniendo demasiada
concentración, como por ejemplo intentando resolver un problema
matemático o guardar en la memoria para cuando despertemos una frase
larga y precisa, o toda una canción, la mente se siente sobreexigida y
corremos el riesgo de despertar. Por eso, cuando sentimos que esto está
por suceder, es mejor dar unas vueltas y dedicarnos a tareas sencillas
como volar un rato, para relajar la tensión, y en una de esas, si no nos
olvidamos, volver a nuestra dificultosa tarea más tarde.
Así logro yo un WILD
Lo
más importante para lograr un WILD es un entorno de silencio y
tranquilidad. Poca luz, ropa cómoda, retiramos anillos y cadenas. Nos
aseguramos de que nadie nos va a interrumpir, y de dejar de lado las
preocupaciones. Podemos ponernos algo que nos tape los oídos como
auriculares apagados o con música clásica o new age muy tranquila a
volúmenes muy bajos.
Nos
acostamos boca arriba, con los brazos al costado del cuerpo, las palmas
hacia arriba. Podemos juntar los dedos índices con los pulgares. La
cabeza levemente levantada por una almohada bien cómoda. Distendemos
todos los músculos, nos aseguramos de que las mandíbulas no estén
haciendo presión, y que la lengua no se apoye contra el paladar.
Comenzamos
a concentrarnos en la respiración. Tratamos de solamente pensar en
ella, dejando cualquier otro pensamiento de lado. Vamos contando cada
inspiración, del 1 al 20. Si nos desconcentramos comenzamos nuevamente. Y
cada respiración es un poco más lenta que la anterior.
Luego
visualizamos una luz muy brillante y buena, de color verde
fluorescente. La vemos acercarse a nuestra cabeza y penetrar en ella. Es
una luz que alivia las tensiones, y cura las dolencias.
Con
cada respiración va recorriendo nuestro cuerpo dejándolo luminoso y
relajado. Muy lentamente recorre cabeza, cuello, hombros, brazos...
todos los órganos internos, de arriba hacia abajo para culminar, en el
tiempo que necesitemos, por la punta de los pies.
Cuando hemos terminado, vemos brillar todo nuestro cuerpo entero, sientiendonos en un total estado de relajación.
En
este punto hay dos caminos inversos para seguir, pero que,
paradójicamente, a mi por lo menos me conducen al mismo resultado. Puede
ser sentirse muy liviano, o por el contrario sentirse muy pesado. El
cuerpo pide una de las dos alternativas. Si vemos que tiende a la
liviandad, vamos haciéndonos tan livianos que sentimos que flotamos. Si
vemos que nos pide rigidez, nos sentimos tan duros que no podemos
movernos aunque lo deseemos. Sentimos que todos los músculos están
rígidos y que el cuerpo nos pesa muchísimo sobre la cama.
De
cualquiera de las dos formas, vamos entrando en un estado de relajación
profunda. La voz más externa de la mente ya calló. Estamos en estado
alfa. Si prestamos atención, iremos identificando "voces mentales" o
pensamientos inconscientes que parecen absurdos y que se desvanecen con
rapidez. Pueden ser voces de personas conocidas, la nuestra propia, o de
cualquiera, diciendo frases sin sentido aparente. La tarea en este
punto es tratar de retenerlas, identificarlas, entenderlas.
Luego
de unos instantes de seguir en ese estado, además de las voces se
empiezan a formar imágenes dinámicas. Esa es la señal de que estamos por
entrar en sueño REM. El desafío es adentrarse en ellas, no dejarlas ir.
Cuando
logramos hacer vívida y continuada una de esas escenas vamos
sumergiéndonos en un sueño, y debemos procurar no perder la continuidad
de la conciencia cuando finalmente entremos en él.
"Me
estoy quedando dormido, la imagen que veo es un sueño, quiero entrar en
él" Nos decimos. Y si vemos a nuestro cuerpo onírico (a la imagen de
nuestro propio cuerpo) nos sumergimos en él, y lo hacemos girar como
describí en el punto anterior, diciendo: "No debo olvidarme de que este es un sueño, yo tengo el control, yo lo manejo como quiera"
Si
lo hacemos correctamente, a esta altura ya estaremos adentro. Entramos
en un estado pleno de sueño lúcido, con todas las características del
REM (Si nos observan verán los rápidos movimientos oculares) y con plena
conciencia lo cual se demuestra no sólo vivencialmente, sino también a
través de una diferente gráfica en el electroencefalograma.
¿Peligros?
Me
gustaría decir, como lo hacen casi todas las publicaciones que hablan
sobre el tema, que la práctica frecuente de sueños lúcidos no tiene
ninguna contraindicación u efecto adverso. Pero mi experiencia me indica
que -si bien no se trata de nada demasiado grave- hay ciertos riesgos
de los que hay que estar concientes para su buen manejo:
Usar los sueños como un refugio
El
espectacular abanico de posibilidades que se nos abre en los sueños
lúcidos puede funcionar como una droga que nos haga dar menos
importancia a las frustraciones de la vida real. "¿Que me importa
fracasar aquí si en mis sueños soy tan exitoso como desee?"
Algunas
personas, se me ocurre, pueden dormir largas siestas, o incluso
desear que llegue la noche e ir a dormir temprano para entrar en este
estado en el que tienen control de la situación, dejando de lado lo
más importante: La vida real.
| |
Perder estabilidad mental
Esto
sólo puede ocurrirle a aquellos que tienen cierta predisposición a
la locura. La vivencia de experiencias demasiado realistas pueden
hacer que algunos confundan la realidad con la ficción. Esto desde ya
no representa riesgo alguno para el común de la gente, ya que se trata
de estados de conciencia muy distintos y fácilmente reconocibles por
la mente sana.
| |
Oír voces amenazantes
Es
relativamente frecuente que en medio de nuestro sueño lúcido oigamos
una voz, o nos encontremos con un personaje onírico que que nos diga
cosas como:
"Aquí
sólo llegan los elegidos y tu no has sido invitado. Más vale que si
vuelves sepas para qué lo haces, porque si sigues haciendo tonterías
como volar o hacer desaparecer cositas, puede ser muy peligroso para
ti. Es una advertencia!!"
Personalmente
he sido escarmentada por este tipo de mensajes más de una vez, sobre
todo en WILDS. A pesar de todo aquí estoy, persistiendo. Porque creo
que se trata simplemente de voces generadas por nuestro inconsciente,
que nos quiere poner a prueba, y guiarnos sobre qué deseamos hacer de
nuestros sueños lúcidos. Con sueños de "escuela nocturna", por
ejemplo, jamás me ha sucedido algo así.
| |
Molestar a la familia
Si
tenemos nuestra atención enfocada en los sueños lúcidos podemos tener
problemas con la gente que nos rodea, sobre todo en horas de la noche
y de la mañana. Si alguien nos interrumpe mientras estamos intentando
recordar un sueño, nos despierta en medio de un sueño lúcido o nos
distrae cuando estamos penetrando en un WILD o un MILD podemos
enojarnos mucho, sin que en realidad la persona haya hecho nada malo.
Sin ir tan lejos podemos no prestarles atención mientras nos hablan
por no "perder" el recuerdo de nuestro último sueño.
Puede
aburrirles el tema o desconfiar de él, si queremos contarles nuestras
experiencias, mientras que si no lo hacemos sentimos que están
alejados de una importante faceta de nuestras vidas.
Además,
al profundizar en estas prácticas los sueños se hacen más vívidos.
Por eso podemos hablar por las noches, emitir sonidos, despertarnos
sobresaltados, lo cual puede molestar a nuestro compañero de cama.
Por lo tanto, si uno va a abocarse a esto, es importante poner las cosas en su lugar: en primer término la familia.
| |
No descansar bien
Por
último, la mente necesita descansar, y los sueños REM normales
cumplen una función muy importante en este descanso. Si dedicamos
todos nuestros sueños a explorar las fronteras de la conciencia,
podemos sentirnos muy cansados y hacernos daño a largo plazo. Por tal
motivo recomiendo no tener sueños lúcidos todos los días, o si lo
hacemos, tener sueños lúcidos tranquilos y amenos que requieran poca
concentración, y dejar los "ejercicios difíciles" para una o dos veces
por semana.
|
Control de sueños ¿Somos omnipotentes?
No, no lo somos. En nuestros sueños concientes podemos hace muchas, muchas cosas, por ejemplo:
- Volar
- Atravesar muros o espejos
- Movilizar objetos con la mente
- Cambiar el entorno/ paisaje
- Hacer aparecer/desaparecer gente- objetos
- Resolver problemas matemáticos simples
- Leer y recordar lo que se lee
- Recordar lo que uno se propone hacer en su SL antes de dormirse
- Hablar en voz alta con alguien de afuera sin despertarse
- Atravesar muros o espejos
- Movilizar objetos con la mente
- Cambiar el entorno/ paisaje
- Hacer aparecer/desaparecer gente- objetos
- Resolver problemas matemáticos simples
- Leer y recordar lo que se lee
- Recordar lo que uno se propone hacer en su SL antes de dormirse
- Hablar en voz alta con alguien de afuera sin despertarse
Pero
a veces estas cosas se nos hacen difíciles. Uno intenta volar, por
ejemplo, pero no puede. Las cosas pueden no salirnos como deseamos. Si
esto sucede, hay varias cosas que podemos hacer para aumentar nuestro
control:
- Dar órdenes en voz alta "¡Que esta persona desaparezca ya!" "¡Quiero volar!"
- Tener fe. Si estamos convencidos de que podemos hacer algo, podremos! Si las cosas no nos salen es por falta de confianza. Decirnos: "Este es mi sueño y yo tengo el control, lo que sea que desee puedo lograrlo!!"
-
Si seguimos con poco control, es cuestión de girar y girar diciéndonos
"Me estoy cargando de poder, cuando deje de girar voy a poder ..."
Hay
cosas, sin embargo, que escapan a nuestro control inevitablemente,
siendo la más importante de todas el comportamiento de los distintos
personajes que aparecen en nuestros sueños. Podemos "sugestionarlos" si
queremos. Pero lo que digan o hagan va a depender en última instancia de
"ellos" y no de "nosotros". En nuestros sueños lúcidos, al igual que en
los sueños REM comunes, tenemos únicamente control sobre nuestras
palabras y acciones, y no sobre las ajenas.
Lo
mismo sucede respecto al devenir de la historia. Siempre pueden
aparecer elementos imprevistos. Este conjunto de reglas especiales
caracterizan al sueño lúcido distinguiéndolo de otros estados de
conciencia como el sueño común, o la meditación imaginativa.
Cosas interesantes para hacer en los sueños lúcidos
Aquí un pequeño listado de ideas para hacer en tus SL clasificados según las finalidades descritas anteriormente. Bienvenidas todas las nuevas ideas que puedan enviarme!!!
Sentir bienestar y felicidad:
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Inspiración, arte y creatividad:
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Experimentar con lo paranormal:
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Sueños de "escuela nocturna":
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